Para Shani Diluka, hacer música es una práctica tan espiritual como la meditación. En Pulse, que toma su título de las repeticiones rítmicas y patrones hipnóticos de la música minimalista, la pianista y poeta descubre matices sutiles bajo la superficie de piezas de Philip Glass, Moondog, John Adams, Meredith Monk, John Cage, entre otros. Pulse también habla de la fuerza que sustenta la vida misma: el latido del corazón, la inspiración y expiración al respirar, el flujo y reflujo incesantes del mundo natural, la energía frenética de las ciudades. “Esta es la paradoja de la humanidad. Estamos en conexión con la naturaleza, pero también lo podemos estar en este ritmo loco de la ciudad”, señala Diluka. La pianista, cuyos padres eran originarios de Sri Lanka, descubrió la influencia de la música y cultura de la India en estos talentos creativos. “Me sorprendió bastante que mi conexión con estas composiciones fuera inconsciente al principio, especialmente porque no sabía nada de sus orígenes antes de comenzar a tocar su trabajo. Siempre descubro la música de esa manera: quiero que mi mente esté completamente pura e intacta, sentir la música sin saber de dónde viene”, concluye.