La dualidad es lo que pone la sal y la pimienta a la vida y una parte esencial de un álbum en el que Alicia Keys se contempla a sí misma. Para esta artista con más de dos décadas de música a sus espaldas, esta mirada tiene que ver con el tiempo y el estilo. Por un lado, su octavo LP es un homenaje. “El objetivo era reconocer que lo que yo tenga de importante”, explica a Ebro Darden de Apple Music, “se debe a la grandeza de los gigantes que me han precedido y la de los artistas clásicos sin los que no sabría ni respirar”. Por el otro, quería honrar el linaje que comparte con el hip-hop en versiones que samplean esas mismas canciones para revelar nuevos ángulos. Así, KEYS se divide en una mitad que ha llamado “Originals” y otra bajo el título de “Unlocked.” “Originals” destila la esencia de la cantante y compositora en temas que hunden sus raíces en el jazz y, en sus propias palabras, “nacen de la sencillez de un piano, un bolígrafo y una voz”. “Love When You Call My Name”, “Daffodils” y “Like Water” reflejan ese espíritu con impecable elegancia. Si la primera mitad regresa al soul áspero y emocional de su sonido clásico, “Unlocked” desmonta las canciones y las reconfigura en formato panorámico con ayuda del productor Mike WiLL Made-It. Las melodías analógicas y los sobrios arreglos de Keys contrastan aquí con bajos programados y líneas de sintetizador. La exuberante textura de club de “Old Memories”, por ejemplo, se transforma en dance ochentero, mientras que el blues solemne de “Is It Insane” (una canción que escribió en la época de Diary) suena absolutamente seductor. Las virtudes que hicieron de Keys una estrella son evidentes a lo largo de todo el álbum. Crudas y acústicas o producidas hasta deslumbrar, estas son canciones al servicio de una visión que sigue siendo tan trascendente como personal.