Bertrand Chamayou, un ave nocturna confesa, reúne aquí una evocadora colección de canciones de cuna. Ahora que es padre, pasa buena parte de sus noches fuera de la cama, y este hermoso recital celebra ese espacio entre el sueño y la vigilia. Las piezas abarcan una notable diversidad que va de lo familiar (“Berceuse” de Chopin y “Wiegenlied” de Brahms) a las joyas rescatadas y los estrenos. El brillante “Berceuse” de las Elegías de Busoni suena espectral; “Song for Octave”, que Bryce Dessner escribió a su hijo, es encantadora; y la pieza de Alkan que cierra el álbum se queda en el recuerdo a la primera escucha. Chamayou, un verdadero maestro del piano, captura a la perfección la personalidad de cada compositor.