A lo largo de su legendaria carrera, Alan Jackson no se ha apartado de sus raíces en ningún momento. Desde su debut en 1990 con Here In the Real World, ha ido ganándose una legión de fans que aprecian su inquebrantable fidelidad al country más tradicional. Where Have You Gone, su primer álbum en seis años, sigue esa misma línea. “No creo que este álbum ni nada de lo que hay en él sea muy diferente a lo que había hecho hasta ahora”, le cuenta a Apple Music. “La temática siempre ha sido la misma”. En ese hilo argumental no faltan elementos como la vida en un pequeño pueblo (“Back”, “Where The Cottonwood Grows”), la familia (“I Do”, “Where Her Heart Has Always Been”), el alcohol (“Wishful Drinkin’”, “Way Down In My Whiskey") y, por supuesto, la propia música country, como en el sentido homenaje a Merle Haggard de “That's The Way Love Goes”. A continuación, Jackson nos habla sobre algunos de los temas clave de Where Have You Gone. Where Have You Gone “La escribí desde la perspectiva de una mujer que te ha dejado. Cuando la terminé dejé que la gente la escuchara y lo primero que pensaban era: ‘Vaya, otra canción de desamor’. Pero al llegar al estribillo, ves que ahí hay un cambio, que es otra cosa”. Back “La verdad es que esta surgió como una broma. No conozco mucho ese tipo de música, pero recuerdo que hace algunos años mis hijos hablaban de que Justin Timberlake tenía una canción sobre recuperar lo sexy. Hablaban de ella y se reían. Yo ni siquiera la había escuchado, pero les dije ‘Bueno, yo voy a escribir una sobre cómo voy a recuperar el country’. De vez en cuando me preguntaban por ella, así que acabé escribiéndola. Realmente no lo hice pensando ‘voy a recuperar el country’, simplemente se trataba de una canción divertida. Terminé hablando de un montón de recuerdos, de imágenes de mi infancia en un pequeño pueblo del sur que guardo en mi memoria y que tienen mucho que ver con la música country”. Where The Cottonwood Grows “Esta se me ocurrió de repente. Seguramente iba conduciendo, ya que muchas de mis canciones surgen así. Recuerdo que me vinieron a la cabeza el ritmo y la melodía, y enseguida se me quedaron grabados. Hoy en día, los teléfonos facilitan mucho las cosas porque te permiten grabar rápidamente una melodía que de otra forma se te podría olvidar a los cinco minutos. Llevaba seis años sin grabar un álbum, pero no fue algo intencionado. Son cosas que pasan. Tenía cientos de ideas y fragmentos como ese grabados en mi teléfono. Cuando empecé a trabajar en este álbum el pasado otoño, me pregunté cómo iba a escribir las canciones, porque hacía tiempo que no tenía ganas de sentarme a componer. Fue entonces cuando saqué todas esas grabaciones del teléfono y vi que tenía unas 200”.