Celestial ya había establecido a RBD como un grupo con mucho que decir cuando la segunda parte de su gira los llevó de un extremo a otro de Europa en 2007. Esta presentación, grabada ante más de 40,000 espectadores en el hoy desaparecido Estadio Vicente Calderón de Madrid, es un reflejo electrizante de la cumbre comercial del proyecto. Entre éxito y éxito, el rugido del público sirve como recordatorio de que durante esos años no hubo grupo más importante para toda una generación de adolescentes en ambos lados del Atlántico.