Tras los álbumes de los conciertos para piano de Brahms y la música de cámara de Schubert, el pianista francés se adentra aquí en las sonatas de Schubert. Una vez más, revela su impecable pedigrí musical con un estilo pleno de poesía y fantasía. La Sol mayor, D. 894 (G Major, D. 894), con su suave brisa de introspección y serenidad, suena deliciosamente medida, con la luz perfectamente equilibrada con la congoja. La Do menor, D. 958 (C Minor, D. 958), primera del trío final, es una obra mucho más dramática, de una pasión e intensidad que remiten a Beethoven. La técnica y la visión musical de Laloum superan cualquier obstáculo en una interpretación extraordinariamente convincente.