Cuatro años después de su célebre primer álbum, Bélanger volvía con un pop rock de estilo propio basado en cimientos sonoros de su primer obra. En este álbum las canciones suenan todavía más firmes y potentes, como demuestra la laberíntica “Sortez-moi de moi”, una de las tres maravillas aquí incluidas que llegarían al top de las listas canadienses.