Este es el disco de AC/DC que nadie creía posible. Tras años tumultuosos marcados por la muerte del guitarrista y miembro fundador Malcolm Young, las salidas del bajista Cliff Williams y el baterista Phil Rudd, y los problemas de oído que amenazaban con poner fin a la carrera del cantante Brian Johnson, parecía inevitable que Rock or Bust, su álbum de 2014, fuera el canto del cisne de la banda. “No puedes titular un disco Rock or Bust (Rock o nada) y que el resultado después sea nada”, dice el guitarrista Angus Young. Con Johnson, Rudd y Williams de vuelta, POWER UP es un triunfo colosal. Fieles a su casi medio siglo de historia, los maestros australianos suenan en plena forma sobre el ritmo implacable de “Realize”, la frenética “Demon Fire” y “Shot in the Dark”, el himno que sirve como primer adelanto. Más allá, Johnson se mete en la piel de un vaquero en “Wild Reputation” y nos regala un doble sentido que es puro AC/DC en la lasciva “Money Shot”. Dedicado a Malcolm, el disco incluye canciones en las que había trabajado con su hermano Angus en 2007 y 2008. “Son ideas que salieron justo antes de grabar Black Ice, cuando Malcolm y yo pasamos mucho tiempo en el estudio escribiendo canciones”, revela Angus. “Teníamos mucho material”. Con la sequía de música en vivo que nos ha traído la pandemia de COVID-19, AC/DC decidió lanzar POWER UP para que sus fans tuvieran algo que llevarse a los oídos hasta que puedan volver a subirse al escenario. “Esperamos hasta que el mundo llegara al límite de angustia con esta historia”, dice Johnson, “nos dijimos que ya era hora de alegrar esas caras”.