Los últimos cinco cuartetos de cuerda de Beethoven son sobrecogedores por su complejidad emocional y espiritual. En este álbum, Calidore String Quartet los presentan como un viaje personal íntimo y evitan cuidadosamente exagerar el dramatismo en su ejecución. El movimiento inicial del Cuarteto no. 14 es de una introspección desgarradora. Incluso en los pasajes más acalorados del “Grosse Fuge” del Cuarteto no. 13, sus intérpretes conservan una seguridad y dignidad esenciales. El gran movimiento lento del Cuarteto de cuerda no. 15 fue definido por Beethoven como “Un canto de convalecencia y agradecimiento a la Divinidad” y se desarrolla con una sensación de conmovedora camaradería. La sabiduría y la empatía infalibles de las interpretaciones del Calidore String Quartet los sitúan en lo más alto del panteón de las grandes grabaciones.