Sonidos De Karmática Resonancia

Sonidos De Karmática Resonancia

Instalado en Barcelona desde hace un año, León Larregui, cantante y rostro más visible de Zoé, sigue poseído por el mismo espíritu visionario que nos trajo Aztlán en 2018. Como aquel álbum, el nuevo Sonidos de Karmática Resonancia nace como un proyecto colectivo en el que el grupo ha colaborado intensamente. “Al juntarnos a compartir los demos que cada uno había hecho, me di cuenta de que los cinco integrantes de Zoé tenemos un mismo karma sónico”, dice Larregui a Apple Music. “De repente, Ángel (Mosqueda, bajista) o Sergio (Acosta, guitarrista) llegan con una canción y nos damos cuenta de que sus ideas y las mías son muy parecidas. Hay una magia muy particular entre los cinco”. Muchos de los nuevos temas de la banda regresan a los paisajes retrofuturistas del pasado, a veces como exploraciones trascendentales y otras con el tono profético de Larregui, siempre fascinado por las lecturas esotéricas. Pero hay también emocionantes crónicas sentimentales y certeras reflexiones sobre un mundo que parece distinto tras el estallido de la pandemia. Musicalmente, SKR muestra el lado más orgánico de la banda, que no ha abandonado los detalles electrónicos ni los largos desarrollos psicodélicos, pero suena especialmente vibrante con ayuda del productor Craig Silvey. “En los primeros discos de Zoé, no éramos tan buenos músicos y nos acostumbramos mucho a trabajar en la computadora”, explica Larregui. “Ahora podemos grabar juntos, a la antigüita, y generar una humanidad en la música que no teníamos antes”. Aquí, nos cuenta las historias detrás de sus diez nuevas canciones. Popular “Está inspirada en esas canciones muy adolescentes de los 80, que son muy ingenuas, pero te llegan al corazón. También tiene que ver con lo que hemos hecho antes. Tenemos canciones mucho más maduras líricamente, pero hay otras en las que me gusta dirigirme al público más joven, recordar esos momentos y esas preocupaciones. Son emociones muy puras y muy fuertes. Pensaba en cuando era un teenager y lo que me preocupaba, que era que a la chica que me gustaba yo a lo mejor no le gustaba porque no era igual de popular que los otros. Son cosas que parecen el fin de mundo cuando tienes esa edad”. Karmadame “Como muchas otras canciones de Zoé, esta es sobre un personaje, Madame Karma, que abrevié como ‘Karmadame’. Es un personaje que te viene a perseguir, a hacerte recordar y reflexionar. También tiene algo que ver con la pandemia, con el confinamiento y lo traumático que fue. Todo el mundo entró en un proceso de recapitulación, de analizar su vida y de darse cuenta de muchas cosas. Al mismo tiempo, en esta canción y en ‘SKR’ se siente la influencia de cosas que estaba estudiando acerca de los gnósticos y los pergaminos del Mar Muerto. En su concepción cosmogónica, los gnósticos hablan de Sofía, que es una energía primordial femenina y está muy presente en las dos canciones”. Velur “Es una canción que tiene un significado secreto para mí. En lo más obvio, habla de una relación que ya no da para más, pero a mí me recuerda a cosas de Zoé de antes, a canciones en las que había una influencia muy clara de The Cure, que es una de nuestras referencias primordiales. Me suena como una versión más moderna de ‘No Me Destruyas’ (de su disco de 2006 Memo Rex Commander y el Corazón Atómico de la Vía Láctea). Es muy Zoé y también tiene una energía muy juvenil”. El Duelo “Es una canción de Sergio, que tiene unos gustos mucho más folk, y aquí se reflejan. Me encanta, porque al ser el compositor principal me llego a cansar de lo que hago y siento que me repito mucho. Por eso me gusta que en los últimos discos de Zoé haya canciones que no son mías, en las que yo sólo complemento a Sergio, Ángel o Chucho (Jesús Baez, tecladista). Eso es lo que ocurrió con ‘El Duelo’. Ayudé a Sergio a terminarla, pero la canción es suya, incluso la letra. Es de mis preferidas del disco porque es algo que yo nunca hubiera escrito. Eso es lo bonito de una banda, que al final es un conjunto de corazones y cerebros que hacen cosas juntos”. SKR “El otro día, repasando mis notas de voz, me di cuenta de que esta canción me persiguió por dos años. Primero apareció el verso y después el coro, pero eran dos entidades separadas. A la hora de pasarla por el filtro de Zoé, el verso se convirtió en la parte electrónica y el coro es rock clásico, como Queen. Recuerdo que cuando la estábamos grabando decía ‘vamos a escuchar “We Are the Champions”, quiero que vaya en esa onda, con esos guitarrazos’. Es otra de mis preferidas”. Canción de Cuna para Marte “Ángel trajo la canción y yo le ayudé a terminarla y escribí la letra, que es una psicodelia total para la que me inspiré en los escritos proféticos de Nostradamus. Musicalmente, me recuerda un poco a Elton John y esa es la onda por la que la atacamos, un rollo retro y de rock clásico. Yo quería que fuera uno de los sencillos, pero nadie me hizo caso. Los fans de hueso colorado la entenderán”. Tepoztlán “Esta es otra canción de Sergio. Sergio y yo nos conocimos en Tepoztlán, que es un pueblo supermístico como a 40 minutos de la Ciudad de México. La canción tiene mucho que ver con la cuestión de ser padre, que es algo con lo que Sergio y yo conectamos, porque somos los únicos de la banda que tenemos hijos. También está inspirada en esa canción de Cat Stevens en la que un padre habla con su hijo (‘Father and Son’), pero llevada al extremo existencial. Muchas de las preguntas que me hago son las que me hace mi hijo y no sé cómo contestar. Preguntas como ‘¿antes de nacer dónde estaba yo?’. Son cosas muy profundas, que yo ni siquiera me había puesto a pensar, pero esta canción me hizo intentar contestarlas. No se lo he dicho a él, pero algún día escuchará la rola”. Fiebre “‘Fiebre’ y ‘Ese Cuadro No Me Pinta’ hablan de lo que está pasando ahora, pero ‘Fiebre’ está más enfocada a cómo nos hemos convertido en esclavos de nuestros dispositivos y nuestras computadoras, de todo ese mundo virtual. A mí me parece que hay algo detrás del telón”. Ese Cuadro No Me Pinta “Este es nuestro séptimo álbum de estudio y uno piensa, como artista, que ya no necesita entregarle puros sencillos al público o a la disquera. Quiero hacer canciones que duren lo que duren, o que sean oscuras y deprimentes, no importa. Son licencias artísticas, canciones en las que uno se puede explayar, probar cosas y explorar. Siempre hemos hecho lo que nos ha dado la gana y en los discos de Zoé siempre ha habido canciones extrañas y oscuras, pero quizás esta lo sea un poco más. Nos encantan las canciones de The Cure en las que la voz no entra hasta los cinco minutos y no hay ninguna razón por la que no podamos hacerlo”. Bestiario “Teniendo la edad que tengo y habiendo convivido con la última colita de la cultura hippie de verdad, no me creo este movimiento tipo new age de Burning Man que hay ahora. Es superfalso. No es un renacimiento como el de los hippies de aquella época, sino que es un new age plástico. Es pura gente acomodada que no representa al resto del mundo, son millonarios que se visten de hippies. La canción habla de mi repulsión hacia esa gente y el Instagram y todo eso, aunque yo tengo una cuenta. Hay una distorsión muy densa entre la gente y lo que proyecta o lo que pretende ser en las redes sociales. Es algo generacional, yo creo que la gente más joven ni se da cuenta porque tienen la necesidad de ser queridos y de gustar en un mundo falso. Igual sueno como un viejito, pero a mí me preocupa mucho”.

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