72 Seasons

72 Seasons

La psicología, biología y astrología tienen principios basados en ciclos de siete años. En la psicología está la crisis del séptimo año: la hipótesis de que los seres humanos se aburren de las relaciones a largo plazo cuando alcanzan esa fecha. En la biología existe el popular concepto (no del todo cierto) de que todas las células del cuerpo humano son reemplazadas cada siete años. Y en la astrología, una teoría postula que cada siete años ocurren imperceptibles cambios en el cosmos que afectan nuestras vidas. También están los discos de Metallica. Su undécimo álbum, 72 Seasons, aparece siete años después de Hardwired…to Self-Destruct. Death Magnetic salió ocho años antes (bastante cerca). Si consideramos el título y la premisa de 72 Seasons, el concepto de que todo lo que somos como personas adultas se forma en nuestros primeros 18 años, o 72 estaciones, es evidente que la banda estuvo pensando en los ciclos de la vida. ¿Tendrá algo que ver con el hecho de que los integrantes originales James Hetfield (voz/guitarra) y Lars Ulrich (batería) se conocieron justo antes de cumplir 18? Puede ser. Pero ese es un tema para opinólogos y terapeutas de supermercado. Lo que sabemos con seguridad es que todos los discos de estudio que Metallica editó desde Load en 1996 tienen una duración de una hora y 15 minutos. 72 Seasons continúa esta tendencia. La postura de la banda pareciera ser que, si sus fans tienen que esperar siete años entre álbumes, al menos tendrán mucha música para disfrutar. Y donde hay discos largos, generalmente hay canciones largas. 72 Seasons tiene muchas, como el tema de cierre, “Inamorata”, que dura 11 minutos y, por ende, es el más largo de toda su carrera. Hablando de canciones largas, empezar un disco con un tema de ocho minutos podría ser interpretado como un gesto atrevido, pero cuando eres la más banda metalera más grande del mundo, puedes hacer lo que quieras. El tema que le da su nombre al álbum (y su cuarto sencillo) arranca con una vibra parecida a Motörhead antes de zambullirse en el thrash que Metallica perfeccionó allá por la década de los 80. “Shadows Follow” y “Too Far Gone?” también incursionan en el thrash clásico, con un giro al mejor estilo de Thin Lizzy y excelentes armonías en las guitarras. El sencilo principal, “Lux Æterna”, comienza parecido a Pantera antes de transicionar a un riff que parece salido de la nueva ola de metal británico. Si agregamos la referencia de Hetfield a un “rayo a las naciones” (lightning to nations), tenemos una clara alusión a Diamond Head, una influencia temprana para Metallica. Mientras tanto, “Screaming Suicide” es una canción sobre el suicidio escrita desde la perspectiva del mismo suicidio (“Keep me inside, my name is suicide”, “Mantenme dentro tuyo, me llamo suicidio”) y “You Must Burn!” suena como un tema del Black Album de 1991. Más allá de los obvios ecos del pasado, hay momentos en 72 Seasons que parecen como si Hetfield hubiera estado revisitando sus recuerdos mientras componía estos temas. “Room of Mirrors”, “Sleepwalk My Life Away” y “Crown of Barbed Wire” practican un intenso autoexamen. Hay una parte en “Inamorata” que dice: “Misery, she loves me, but I love her more” (“La miseria me ama, pero yo la amo aún más”). Quizás no sea una referencia consciente al tema de 1991 “My Friend of Misery”, con sus letras sobre la infelicidad que siempre busca compañía, pero sería raro si no se dieron cuenta de la similitud. ¿Qué significa esto? Queda por verse. Ojalá no tengamos que esperar siete años más para averiguarlo.

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