Casi 25 años después de que Barenboim grabara por primera vez las sinfonías de Brahms, nos trae nuevas versiones con una orquesta que ha dirigido en óperas y conciertos desde 1992. El cuarteto de sinfonías, grabado en la revolucionaria Pierre Boulez Saal de Berlín, da forma a un álbum maravilloso en el que cada una de ellas revela una personalidad viva gracias a la gloriosa Staatskapelle, una orquesta que rivaliza con la histórica Filarmónica de Berlín. Las cuerdas suenan con brillante flexibilidad, en plena armonía con unos vientos excelentes. Barenboim deja que la música respire y sus tempi son siempre naturales. Esta integral demuestra el perfecto entendimiento entre orquesta y director.