Hablamos tan a menudo de la cualidad intemporal de la música que, a veces, olvidamos su verdadero significado. Timelapse, un álbum de obras originales y arreglos asombrosos, demuestra que música escrita a lo largo de tres siglos y en los géneros más diversos puede tener el mismo efecto emocional al escucharla. La mayor parte de este viaje por el tiempo nace de las imaginativas reinvenciones de David le Page. El violinista británico confiere a “Sleep Softly”, basada en una pieza de Schubert, una frágil modernidad con un violín de estilo blues, además de llevar a Radiohead y David Bowie al universo clásico en versiones llenas de sensibilidad. La saxofonista Trish Clowes, por su parte, une hábilmente lo antiguo y lo nuevo con una filigrana melódica construida sobre los firmes cimientos armónicos de Vivaldi. Interpretadas a partir de sus partituras originales, “O Albion” de Adès y “Chorale” de Errollyn Wallen emocionan con sus exquisitos giros armónicos, mientras que Rameau y Grieg suenan más allá del tiempo en versiones desnudas.