Cuesta creer que muchas de las piezas para clavecín que Alexandre Tharaud reúne en este álbum mágico no se hayan grabado antes al piano. Quizá se deba a que nos regimos demasiado por las reglas de interpretación histórica, lo que sería una lástima ya que los compositores franceses de los siglos XVII y XVIII, todos los cuales sirvieron en algún momento a la corte de Versalles, escribieron música para teclado de encantadora sofisticación. Basta escuchar las delicadas filigranas de “Le Rappel des Oiseaux” de Rameau, la sorprendente modernidad de “La Marche des Scythes” de Royer, o la majestuosa sencillez de la “Sarabande” de D’Anglebert, y maravillarse ante el color y la profundidad que Tharaud les imprime.