El quinto álbum Colt Ford, Thanks for Listening, está repleto de la fusión de géneros que define el country contemporáneo. El cantante y compositor de Georgia sirve una ración de temas mitad cantados y mitad rapeados sobre camionetas embarradas, bellezas de pueblo y licor casero acompañado de banjos y secuenciadores de ritmos. Su misión, al menos en la guitarrera “Washed in the Mud”, es “celebrar la vida de campo que tanto nos gusta”. Sin embargo, los ritmos de rap que recorren buena parte de Thanks for Listening demuestran hasta qué punto artistas como Ford (y una estelar lista de invitados que incluye a Keith Urban, Lee Brice y Randy Houser) han difuminado las fronteras estilísticas del género. Cuando Ford se arranca con himnos fiesteros de country-pop (la canción que da título al álbum o "Farm Life”), salen a relucir sus magnéticas melodías y un sentido del humor picante y deslenguado. Pero es en la absolutamente ecléctica “Crank It Up” (con un bajo sintetizado que parece cortado con láser, voces con Auto-Tune y un riff que toma prestado de AC/DC) donde Ford desata toda su creatividad orquestando una colisión gloriosamente caótica de tendencias de todo el espectro pop.