“La nostalgia tiene una posición dentro de mi obra y mi vida. Pero a la vez no puedo decir que es una vil nostalgia”, cuenta Ed Maverick a Apple Music. Todo el mundo tiene derecho a su propia nostalgia. Revisitar los espacios donde estuvimos. Resignificarlos. Llamarla con el nombre que queramos. “Mix pa llorar en tu cuarto” son 9 canciones que retratan de forma magnífica reflexiones adolescentes con una guitarra de segunda mano de un chico de 16 casi 17 años. Ed Maverick es Eduardo Hernández Saucedo, nacido en Delicias, Chihuahua y se reconoce a sí mismo en este LP. “La nostalgia no lo es todo ni en mí ni en mi obra, tiene más que ver con percibir activamente las cosas pequeñas de la vida, y dentro de esta simpleza luego puede percibirse cierta nostalgia, pues nos hemos olvidado de todas estas cosas conmovedoras debido a la frialdad de nuestra modernidad. El añorar cosas pequeñas de la vida, sentarme fuera de casa en los lotes baldíos de mi Delicias viendo como baja el sol y le tomo una foto aunque tenga 500 fotos iguales del cielo en mi celular. Amo esta vida, y la nostalgia no lo es cuando mi ciudad vive en el pasado para bien o para mal.”, cuenta Eduardo. “Fuentes de Ortiz”, canción que abre el disco, se inyectó en el imaginario popular de una forma acelerada y violenta. Era el año 2018 y parecía que cada café de Ciudad de México tenía como banda sonora el “Ya dime si quieres estar conmigo o si mejor me voy”. Se impregnó en las partículas del aire. Las “Fuentes de Ortiz” son un espacio que no existe; un invento, un recurso literario. Pero se transformaron rápidamente en el lugar de estacionamiento más buscado del imaginario popular mexicano. Los versos de este tema se convirtieron en un idioma moderno. En tuits virales, en mensajes de texto que borrabas luego de pasar horas sobre pensándolos. Una canción que se sostiene por sí misma; con una simpleza que acentúa la importancia de entender y decodificar qué es lo que realmente necesita la producción de una canción. Todo esto sin cumplir la mayoría de edad para Ed. “Ya dime si quieres estar conmigo o si mejor me voy. Tus besos dicen que tú sí me quieres pero tus palabras no”. Hay algo familiarmente doloroso en los temas a discutir en este LP. Una colección de viñetas emocionales que casi todo adolescente vive y, por eso, es tan fácil crear una relación con él. La capacidad de ser una especie de prisma y traducir en forma de colores y letras algo que casi todos hemos sentido en nuestra adolescencia, termina siendo más que especial. “Quiero que me digas que me quieres y que me vas a extrañar”, “Quisiera que todo fuera mentira y de chingazo despertar”, canta en "Acurrucar", otra de las canciones que se convirtió en bisagra para el alcance que tuvo el mix. “Hay veces que resiento mucho una banalización de mi obra debido a la popularidad que alcanzó, por el vocabulario empleado en las letras debido a la edad, y demás cosas de causa social que ahora sé que no me son importantes. Ignoro ese sentir, porque no me sirve de nada. Como individuo, esta fotografía en forma de fonograma me cambió la vida, y siempre vivirá en mi cosmovisión con todo ese cariño de tener un hijx mayorx que ha hecho demasiado por mí. La música es mi diosa, y estoy dedicándole mi vida después del acontecimiento que hizo significar este disco”, reflexiona. La relevancia cultural de Ed Maverick y su primer disco es notable, se puede tocar con las manos. Una que por clara y esencial; pasó por desapercibida en un momento para el compositor. “Este hecho es uno que nunca pude admitir hasta ahora que ya es demasiado evidente. La influencia de mi obra es notoria. Es verdad que tengo impacto sobre la realidad. Y hoy se siente más bonito porque ya no soy solo yo, y aunque me ha costado ver la realidad como es, he aprendido que es posible impactarla. Es verdad que se pueden hacer cosas 'imposibles', y por estas cosas vivo, por que se hagan cosas imposibles”. La obra y el catálogo de Eddie Saucedo es uno que se debe medir por su impacto ahí afuera, así de a ratos esto sea confuso por la aceptación popular masiva con la que vive. “Mix pa llorar en tu cuarto” moldeó el sonido de una escena que hoy hace vida en una posición más saludable. El aire árido, incógnito y reservado pero a su vez inocente en el que flota es su mayor valor. Vale su peso en oro.