ANASTASIA

ANASTASIA

“Este disco ha sido tremendamente terapéutico para mí, porque me permitió alquimizar el dolor”, cuenta la cantautora chilena Cami sobre los 17 temas que componen ANASTASIA, su esperado tercer álbum y el más ambicioso de su carrera. “Por eso la voz se siente con tanto carácter, porque hablo de todo lo que realmente está pasando dentro de mí. No es como si estuviera inventando un personaje que no existe. Pude transformar todo lo que sentí, ponerle más sazón, como una bruja que agrega hierbas a su olla mágica”. Magia es una buena palabra para describir esta sorprendente colección de canciones, caracterizada por sus altos contrastes y variedad de estilos. Desde la fragilidad intimista de “MÍA” y los climas urbanos de “PERREO PA LAS NENAS” hasta el electro-pop rebelde de “EL PEOR”, ANASTASIA es la épica declaración de principios de Camila Gallardo, una mujer de 25 años que al cantar y componer exhibe toda la madurez que rebasa su propia edad. “La música contiene material genético que estimula el cerebro a responder con olores y texturas”, explica. “Una canción te puede recordar a tu mamá, la voz de tu ex o el aroma de la casa de alguien. Ese material es potente y nutritivo para nuestro organismo”. Cami habló con Apple Music sobre el proceso creativo del disco y la influencia del folclore en su música, entre otros temas. Al escuchar tu nuevo disco, se nota que está hecho con mucho amor en todos sus detalles. Es un disco inmenso, lleno de canciones distintas. ¿Cómo lo lograste? “Efectivamente, es un disco doble y está muy ligado al concepto de la dualidad que vengo trabajando desde Monstruo, como buena escorpiana que soy. Hay algo de la oscuridad que me fascina, pero no es la del mainstream. Es como cuando, sin querer, tomas una manguera creativa y, de la nada, todo se tiñe de millones de colores y tonos fluorescentes. Escribo canciones de una manera pictórica, por las experiencias que me tocaron y por la manera que tengo de ver la vida. El aspecto visual está muy presente en mi cabeza”. “Quizás estoy entrando en una era más experimental, especialmente por los productores con los que estuve trabajando. Para mí, el gran aprendizaje de este disco es mantener una visión holística. Si estamos haciendo música solamente para un challenge de 15 minutos que te va a durar un mes en el top de algo, es otra la fórmula matemática que se debe usar. Es hermoso que el arte se pueda viralizar, que no tengamos que andar comprando espacio en la radio para que un single suene durante un año entero. Pero también creo que estaría bueno que tengamos una visión como receptores del arte. Me refiero a las plataformas digitales, a la gente de prensa, a quien compra entradas. Que tengan esa visión más holística de ver el arte en sus vidas. El arte es una tremenda herramienta de sanación”. Tu voz es el sol que ilumina todas las facetas del disco. A veces suena como un aullido, y otras como un ronroneo seductor, un susurro o una plegaria. ¿Cómo surgieron esas personalidades tan distintas? “Creo que todo eso va de la mano con darle a cada canción una personalidad. Me fascinan la teatralidad y el dramatismo. La primera canción, ‘ANASTASIA’, es una revelación, porque significa la destrucción del ego. Darme cuenta de que, de alguna u otra manera, dejamos que nuestro espíritu le pertenezca a otra persona para lograr el objetivo de la validación, el aplauso. Yo también vivo esa dinámica, como tener que hacer algo para que otra gente valide lo que soy”. “Temas como ‘ANASTASIA’, ‘MÍA’ y ‘ALTURAS’ son hitos en el disco, porque marcan un poco mi camino personal. El guion de la voz se escribió basado en hechos reales, así que no tuve que esforzarme para crearlo. Cada canción tiene su propio personaje. Obviamente, se nota que soy yo, pero como con trajes distintos, con cambios de ropa y una visión más teatral. Anastasia es mi segundo nombre, y significa resurrección. Entonces, este disco marca un despertar de mi lado más espiritual. Conecté con la naturaleza y por lo tanto con mi Divino creativo. ANASTASIA es eso, mi verdad más pura”. El folclore chileno es una presencia sutil en ANASTASIA, pero aparece constantemente. “Además de la riqueza de los arreglos, una de las cosas que más me apasiona del folclore es la instrumentación a nivel técnico. Creo que los artistas chilenos nos sentimos súper identificados con nuestra tierra y con esa herencia, porque es fácil de escuchar y digerir. Es amigable, cercana. Cuando grabé el tema ‘Querida Rosa’ en 2018, el sello discográfico no quería sacarlo porque era demasiado folclórico y yo tenía que enfocarme en algo mucho más popero. Fue mi primera rebeldía absoluta como artista, de pegarle a la mesa y llorar desconsoladamente, implorando que me dejaran lanzarla. ‘Querida Rosa’ terminó siendo, hasta ahora, mi canción más exitosa. En vivo la gente llora, se conecta, la cantan a la persona con la que fueron al recital. Entonces yo creo que el folclore no es solamente parte de una línea histórica. Es parte de nuestro ADN; es infinito y te permite aprender mucho”. Desde tu presentación en The Voice Chile en 2015 hasta este tercer disco, tu popularidad ha aumentado de manera meteórica. ¿Cómo reacciona tu familia ante tu nueva vida? “Son parte de esa construcción también. Quienes me conocen saben lo importante que es mi familia para mí. Piensa que mis papás me pusieron a tocar flauta traversa a los cinco años. De chica, yo era muy sensible y lloraba con la música. Me encantaban el circo, el teatro, los conciertos en vivo, todo lo que generaba la tarima en la gente. Mis papás fueron siempre muy insistentes con el tema de la disciplina. Mi papá nunca me pidió una nota en matemática, pero sí tenía que estudiar mi hora y media de flauta traversa todos los días. Y en el verano teníamos nuestros checklists y no podíamos salir con amistades si no habíamos cumplido con nuestra media hora de lectura, o elegir un tema que nos gustara y estudiarlo. Mis papás siempre me bancaron, y como vivo sola, entonces nunca fui una carga para ellos y me disfrutan mucho. Mi hermano Max es mi mejor amigo. Siempre estamos hablando y me ayuda con mi proceso creativo”. Habiendo terminado un disco tan ambicioso, ¿todavía te quedan sueños por cumplir? “Sé que todavía me falta mucho por crecer. Me gustaría que en algún momento mi show en vivo sea un espectáculo como Cirque du Soleil. Tener un domo donde haya proyecciones y la gente se vaya a acostar y escuchar música. Que sean unas cien personas tiradas en el piso y yo esté cantando desde algún lugar. Quisiera plantearme como artista desde un sitio mucho más disruptivo, más libre, sin tener que responder a un esquema de cantar en un escenario donde la gente te mire y aplauda. Es decir, generar otra manera de consumir música”.

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