El nuevo e intensamente personal álbum de Jung Jae Il traduce su amor por los salmos bíblicos en música, actuando como un bálsamo espiritual para los momentos turbulentos. Mientras visita de nuevo las ricas texturas de cuerdas de sus aclamadas bandas sonoras para El juego del calamar y Parásitos, el compositor agrega un gran coro, efectos de voz a capela y voces solistas, así como música electrónica empleada con mucho criterio. Los sobretonos de Bach y Handel resuenan a través de “memorare”, cuyo nombre proviene de una oración a la Virgen María. En contraste, los efectos de sintetizador y percusiones a modo de staccato en “his days are like a passing shadow II” aportan una nota más experimental. A lo largo de la obra, se crea una atmósfera por demás convincente, que resulta tanto apremiante como esperanzadora.