En algún momento, cada persona llega a ese punto en el que debe encontrarse a sí misma. Esto puede tardar, pero eventualmente se llega al encuentro. “Fue una aventura muy padre que me aventé desde los 18 años, cuando inició mi carrera”, cuenta Camila Fernández a Apple Music. “Traté de descubrir mi sonido, mi sello, mi esencia y buscarme en todo tipo En algún momento, cada persona llega a ese punto en el que debe encontrarse a sí misma. Esto puede tardar, pero eventualmente se llega al encuentro. “Fue una aventura muy padre que me aventé desde los 18 años, cuando inició mi carrera”, cuenta Camila Fernández a Apple Music. “Traté de descubrir mi sonido, mi sello, mi esencia y buscarme en todo tipo de géneros. Y al final me encontré aquí, me sentí mucho más a gusto componiendo aquí en el mariachi”. Tras años de búsqueda por diversos estilos, desde R&B, jazz, reggaetón, Camila Fernández volvió a casa y lo hace en su primer álbum de mariachi: Camila Fernández. El título no es una ruta de escape, sino una declaración de principios. Con ello en mente, ha creado un proyecto donde combina 10 canciones inéditas casi enteramente compuestas por ella con 10 covers que definen y dialogan con diversos momentos de su vida. “Curiosamente, cuando empezamos a escoger los covers, vimos que cada uno tenía el mismo mensaje que una de las inéditas. Entonces usamos esta dinámica de ir sacando una inédita con un cover cada cierto tiempo para que tengan algo en común”, cuenta. El resultado es un producto lleno de mariachi atemporal, que apunta a modernizar temas clásicos del cancionero popular mexicano, pero también a agregar nuevos momentos al catálogo con adaptaciones más actuales, especialmente desde el mariacheño. “Tiene un lenguaje más fresco, más actual. Queremos que dure mucho tiempo y que pueda acompañar a las futuras generaciones, pero también tiene cosas frescas como el acordeón, que es relativamente nuevo en el mariachi”. Incluso con toda la independencia implícita en un disco de esta naturaleza, la conexión familiar hace presencia si se canta a guitarra y tololoche. El ejemplo más claro es “Aquí Lo Siento”, el único tema del LP que no firmó Camila como autora, y que fue un regalo de su amiga Marcela De La Garza. “Yo tenía esta inquietud de escribirle algo a mi abuelo y, por una u otra cosa, la verdad es que no podía. Un día Marcela me mostró esta canción que le compuso a su abuelo y que quiso regalarme porque había sido inspirada a su vez en mi abuelo. Y juro que pareciera que se la escribió a mi Tata”, relata Camila. “Yo creo que esto vino del más allá, que se pusieron de acuerdo nuestros abuelos y nos conectaron desde otro plano”. Esta canción se complementa con un cover de uno de los temas más icónicos del Charro de Huentitán, “Volver, Volver”, que adquiere una fuerza y sentimiento especial en una voz femenina que, sobre todo, entonó tantas veces estas notas con el propio Vicente Fernández, abuelo de Camila. “Mi abuelo me había pedido que grabara este álbum, que fuera sólo de mariachi. Y pues quería incluir un cover suyo en él, así que elegí esta canción que amo y que habla de querer volver con quienes ya no están”. Más allá de su propia familia, la tapatía admite el grado de conexión que existe con más estrellas de la música mexicana y con esas canciones que fueron una constante durente su desarrollo personal y artístico. Así, se incluyen también covers e influencias de Juan Gabriel, Rocío Dúrcal, Marco Antonio Solís y más nombres escritos con letras de oro en generaciones pasadas y por venir. Volviendo a lo inédito, se destacan canciones como “Una Vida”, un tema dedicado a su esposo donde la dulzura de su voz hace juego con una melodía casi R&B y la instrumentación clásica del mariachi. “Esta es la favorita de mi papá porque dice que tiene todo mi sello, que me describe totalmente. Me encanta porque es bonito tener a mi papá para que me diga cuáles le gustan, cuáles le recuerdan a mí y así aconsejarme”, comenta. Este es sólo un ejemplo que nos muestra que detrás de Camila Fernández y de Camila hay un eje conductor: el amor que crea admiración, que apapacha, del que se aprende, que duele y, desde luego, el que enorgullece. “Quiero que mi hija crezca con mis canciones de la misma forma en que yo lo hice con otras. Y quiero que se sienta orgullosa de ello”.