Especial, fuerte y sexy. Así es como Beyoncé quiere que te sientas al escuchar RENAISSANCE. Su séptimo álbum solista, creado durante la pandemia, es una celebración de libertad y una inmersión total en el house y dance a lo largo de 16 pistas. El disco es juguetón y enérgico, transmitiendo la sensación de que es viernes por la noche y todo puede suceder. Desde los ritmos house de Robin S. y Big Freedia en “BREAK MY SOUL” pasando por el afro-tech de “MOVE”, junto a Grace Jones y Tems, hasta la vibra disco funky de “CUFF IT”, este es un banquete de sonido elaborado con elegancia y colmado de bocados ineludibles. También hay momentos más suaves: “I know you can’t help but to be yourself ‘round me” (“Sé que no puedes evitar ser tú cuando estás a mi lado”), susurra en el primer verso de “PLASTIC OFF THE SOFA”, una veraniega canción de amor que da a Beyoncé la oportunidad de mostrar su increíble destreza vocal. Mientras que “CHURCH GIRL” fusiona R&B, góspel y hip-hop para relatar una historia de supervivencia. Una explícita celebración de la femeneidad negra, “COZY” es el mantra de una mujer que no tiene que demostrar nada a nadie: “Comfortable in my skin/Cozy with who I am” (“Cómoda en mi piel/A gusto con quien soy”), Beyoncé canta en el coro. Después, “PURE/HONEY” se sumerge en la cultura ballroom, incorporando cantos de performance drag y un sample de Kevin Aviance en la primera parte, que dan paso a una segunda mitad bañada de música disco. Es la entrada perfecta para el cierre del álbum, “SUMMER RENAISSANCE”, que impulsa la ensoñación disco de “I Feel Love” de Donna Summer aún más hacia el futuro.