Cuando Aretha Franklin decidió dedicarse a la música secular luego de sus comienzos en el góspel, sabía que quería ser una artista de muchos estilos. Inclusive firmó contrato con John Hammon de Columbia Records, el gurú de la industria que había descubierto a Bob Dylan y luego firmaría a Bruce Springsteen. Franklin editó nueve discos con Columbia antes de mudarse a Atlantic Records y trabajar con el productor Jerry Wexler, el legendario ejecutivo que, junto a su socio Ahmet Ertegun, firmó y grabó a los más grandes artistas del R&B durante los años 50 y 60. El primer LP de esa asociación, I Never Loved a Man the Way I Love You, abre con la legendaria versión de Aretha de “Respect”, el tema de Otis Redding. Su interpretación fue tan dinámica que el mismo Redding admitió su superioridad. Fue la conjugación ideal de la artista y el sonido perfectos, en el momento preciso y con las canciones adecuadas, en muchas de las que había sido coautora: “Dr. Feelgood”, “Baby, Baby, Baby” y “Don’t Let Me Lose This Dream”. Tras varios años en la industria, Franklin consiguió un gran éxito y fue así como esta cantante maravillosa se convirtió en la reina del soul.