Una grabación de Jakub Józef Orliński nunca tiene nada de ordinario. El secreto está en la elección de las piezas, donde las joyas barrocas se codean con tesoros recién encontrados. Aquí, hay al menos una docena de estrenos mundiales. Encuentra un lenguaje fresco para la pasión de “Amarilli, mia bella”, la canción más popular de los inicios del Barroco; al tiempo que ilumina los curiosos personajes encontrados en fragmentos operísticos de Giovanni Netti, la principal novedad del álbum. Esta es una de esas raras grabaciones que han sido diseñadas para parecer un concierto, con elementos cuidadosamente seleccionados, conectados por enlaces improvisados. El poder de Orliński es convincente: logra ser el centro magnético y dramático y, al mismo tiempo, conmovernos con su modesta gracia.