Doggystyle suena como la fiesta nocturna y la inevitable resaca que siguen a la tarde perezosa manejando por Crenshaw narrada en The Chronic, el trascendental debut solista de Dr. Dre, cuyas huellas siguió Snoop Dogg. “Gin and Juice” y “Doggy Dogg World” son temas que incluyen momentos alegres y ligeros, tan soleados como “Nuthin’ But A ‘G’ Thang”. Sin embargo, si The Chronic se trata de una celebración, en Doggystyle priman el estrés y el cansancio. “Murder Was the Case” ilustra este punto. La producción barroca de Dr. Dre le saca un rapeo feroz y despiadado, reminiscente de Scarface, al siempre relajado Snoop, que cuando lanzó el álbum enfrentaba un juicio por homicidio del que, finalmente, saldría inocente. Cuando la atmósfera de Doggystyle se carga de tristeza, el disco se distingue de los excesos del rap fiestero que creció en la Costa Oeste con el ascenso comercial de Death Row en los 90. Así se solidificó una leyenda del hip-hop resistente al tiempo.