En el Concierto para violín de Stravinsky, la violinista alemana Isabelle Faust y la orquesta Les Siècles, bajo la dirección de François-Xavier Roth, descubren una fascinación compartida por la diversidad de colores que evoca la música del compositor cuando se toca con instrumentos de su época. Para su grabación, Faust eligió utilizar un violín con cuerdas de tripa, una práctica bastante común en los días de Stravinsky que aporta fidelidad a su interpretación. “En su Concierto siempre hay una especie de dúo con el violín solista”, explica ella sobre la concepción de la obra. “Sabemos que a Stravinsky le encantaba el Doble concierto de Bach, y creo que incluso él mismo dijo que tenía esa obra en mente”. El álbum se complementa con algunas de las obras del ruso para pequeños conjuntos. El resultado es un programa ecléctico que muestra las muchas facetas de la creatividad de Stravinsky, desde el primitivismo genial de las Tres piezas para cuarteto de cuerda, con Faust como primer violín, hasta la temprana Pastoral, cuyos instrumentos de viento de época agregan una encantadora cualidad rústica. Para abrir el telón del Concierto, Faust interpreta el grácil solo del ballet Apolo. “Es una pieza que suele gustar mucho a los concertistas y que nunca llegué a tocar fuera de este álbum. Me encanta este movimiento”, concluye la violinista.